Construir, desarrollar y fortalecer una cultura con un fuerte sentido de conexión, basada en la confianza y en la seguridad psicológica es clave para el bienestar, el rendimiento óptimo y la innovación. Y tenemos mucho por hacer en este sentido.
Los individuos que experimentan una fuerte conexión social son un 50% menos propensos a padecer una muerte prematura. (Holt-Lunstad et al. 2010/2015)
3 de cada 5 adultos americanos dicen sentirse solos (61%) lo que convierte a la soledad en una epidemia (Holt-Lunstad 2017; Cigna 2020).
Los equipos que demuestran seguridad psicológica demuestran altos niveles de rendimiento. (Siemsen E. Roth A.V. 2009)
Uno de los grandes problemas en las organizaciones suele ser el dar por sentado que esto ya existe y que no hay nada por hacer aquí o bien que es algo que ya hemos trabajado o bien que no sabemos bien cómo hacerlo.
Co-diseñamos e implementamos acciones formativas que ayudan a los equipos a comunicarse -y relacionarse- de manera asertiva. Entendemos la asertividad como la expresión de una madurez emocional que se ve reflejada en conversaciones de calidad basada en la confianza y en la creación de espacios seguros.
«Una cultura asertiva no es una cultura con ausencia de miedo. Así como no existen las personas sin miedo no podemos pretender que en una organización no exista el miedo. El miedo tiene una función adaptativa esencial y es básicamente el de garantizar la supervivencia y asegurar lo realmente importante en nuestras vidas. Y esto no es una idea que me es propia, es biología pura. Una cultura asertiva es una cultura con miedo y a su vez, emocionalmente madura; es decir, el miedo está presente de una manera adaptativa, funcional.
Una cultura asertiva es una cultura en donde existe miedo o temor: de ese que nos mueve a preservar lo importante, lo que no une, lo que nos conecta, lo que nos hace bien. Y a su vez, una cultura donde no existe miedo a ser agredido, vituperado, señalado, apartado por pensar diferente, por ser diferente o por cometer errores (ser imperfecto).» – Ezequiel Ponce
Cuando hablamos de Cultura Asertiva estamos hablando de cierta madurez emocional. Es decir, necesitamos trabajar la Inteligencia Emocional de las organizaciones y hacerlo con total autenticidad. Las emociones condicionan absolutamente todo lo que hacemos. Nuestra forma de relacionarnos y nuestras decisiones.
Cuando escucho decir: «Vamos a dejar el trabajo emocional porque no es algo urgente» escucho un gran error porque en el mundo en el que vivimos (creo que no hace falta extenderme en este punto) es urgente trabajar las emociones.
Tenemos miedo a trabajar el mundo emocional en las organizaciones y este sigue siento es reto más grande de todos. Seguimos teniendo muchos problemas causados por nuestra forma de responder a los retos, tensiones y problemas que se nos presentan, y eso es fundamentalmente emocional. Una reacción desadaptativa por parte de un líder puede acabar con su liderazgo. Tan simple como eso.